El Grupo Ecologista CÓNDOR ha hecho públicos sus temores ante las últimas declaraciones del Presidente de Asempal por su desmesurada defensa de los campos de golf en la provincia de Almería.
La propuesta de triplicar el número de campos de golf en esta Provincia en los cuatro próximos años es considerada por los ecologistas como una “tremenda barbaridad”.
En la actualidad la provincia de Almería tiene ocho campos de golf, entre el Poniente y el Levante y según los proyectos se quieren hacer veinte más, lo que nos llevaría a pasar de los ocho actuales a veintiocho, más del triple de la actual oferta. Es más, según Miguel Uribe, Presidente de Asempal (Asociación de Empresarios de la Provincia de Almería), las previsiones para el año 2050 serían de disponer de alrededor de sesenta campos de golf.
Es evidente, según los ecologistas, que estos señores van buscando sus intereses particulares y privados a costa de lo que sea y sin buscar un desarrollo sostenible, al marcar como un nuevo pilar de nuestra economía a los campos de golf, cuando uno de los mayores problemas no solo medioambiental sino social es la escasez de agua, aunque para lograr sus beneficios no dudan en darle solución quitándosela a los vecinos.
Y más que buscar un beneficio en los campos de golf, desde el Grupo Ecologista CÓNDOR se denuncia que el verdadero negocio de los campos de golf es el urbanismo que los rodea. Y esto representa pan para hoy y hambre para mañana. Pues una vez edificada toda la Provincia, como los empresarios quieren, se acabó el negocio, pero se acabó el negocio para el pueblo llano, ellos se habrían llenado bien sus bolsillos y ya buscarían otras fuentes de ingresos, aquí o en Asia. Esta es la verdadera evidencia del capital, que expolia hasta el final la gallina de los huevos de oro.
Asimismo, desde CÓNDOR se critica que los empresarios almerienses no buscan rentabilizar nuestros espacios naturales, que nos supone un gran valor añadido, sino que, por el contrario, los ven como limitadores de sus ansias de urbanizarlo todo, que es el negocio del siglo. Los empresarios ven nuestras leyes reguladoras de nuestro desarrollo, como el POTA (Plan de Ordenación Territorial de Andalucía) o la LOUA (Ley de Ordenación Urbanística de Andalucía) no como herramientas de apoyo al progreso general y ordenado sino como limitadores de sus ansias desarrollistas empresariales y sin escrúpulos.
Por último, los ecologistas le recuerdan al Sr. Uribe que a lo largo de las ultimas centurias el progreso (aunque cuestionable) de Almería lo generaron empresarios extranjeros y el progreso de los últimos treinta años ha sido gracias a las clase trabajadora agrícola que con su esfuerzo y sin apoyo empresarial en la comercialización de sus productos ha superado estas graves deficiencias, todavía vigentes, y ha podido salir a flote, arrastrando en este progreso a toda la Provincia, y si hay un calificativo para el empresario almeriense, al menos hasta ahora, es el de mediocre (empresarialmente hablando), rematan los ecologistas.