Ante las pretensiones de darle utilidad al Cuartel de la Misericordia, de Almería, como residencia militar, desde el Grupo Ecologista CÓNDOR se manifiesta que nuestra Ciudad tiene un elevado déficit de infraestructuras sociales (guarderías, centros culturales, hogares para la tercera edad, colegios, ambulatorios, bibliotecas, centros de barrio, y un largo etcétera) por lo que sería un lujo y un despilfarro social que esta edificación militar en desuso se transformara en una residencia solo para este estamento social. Se podrían dar argumentos de distinto tipo como los ya citados, pero cabrían otros de otro tipo, el Estado, o sea todos, no podemos pagar un trato elitista a una parte del funcionariado por su bella cara, no son más que nadie, según la Constitución ya somos todos iguales, el estamento militar ya dejó de ser el elitista y privilegiado del régimen franquista (tenía su lógica pues era una dictadura militar), pero hoy esto se tenía que haber perdido ya, han pasado unos cuantos años como para que los militares se hayan enterado que son unos españoles más, no son ni más ni menos. El Estado ya tiene las residencias para la tercera edad para todos los jubilados, sin distinción alguna, por lo que no se deberían de mantener estos privilegios.
Este edificio está situado en pleno casco urbano por lo que podría ser utilizado por alguna o por varias de las infraestructuras citadas anteriormente, aunque desde el Grupo Ecologista CÓNDOR se señala que podría ser una buen ubicación para una residencia de estudiantes universitarios por su excelente situación y por que revitalizaría el casco antiguo de la Capital.
El Grupo Ecologista CÓNDOR critica, asimismo, las propuestas hechas públicas por algunas administraciones y organizaciones sociales señalando de permutarle a los militares el cuartel por otra edificación en la Vega de Acá, como si los militares fueran algún ente ajeno a la Administración. Señalando que el patrimonio militar es como el de cualquier otro Ministerio, del Estado, y si alguna edificación que una administración ya no la utilice y sea posible que otra sí lo haga pues que se ceda y punto, pero no se le de algo como compensación, ya que estamos compensando el propio patrimonio del Estado con dinero nuestro mismo.